viernes, 4 de enero de 2008

ceremonia

Los antiguos americanos, fumaban solo un 10 por ciento de tabaco en sus preparados. Entre otros ingredientes comunes estaban la lavanda, sobre todo alguna variedad/es de salvia, el enebro, la corteza de elderberry, el girasol, la hierba dulce, la corteza del sauce seco y otras plantas con propiedades capaces de alterar la conciencia.
En los rituales de preparación, el tabaco y otras sustancias que utilizaban nuestros ancestros, eran trasformados, purificados y enaltecidos. Los chamanes y herboristas que conocían sus poderes y que sabían cuándo era su mejor momento, los recolectaban con reverencia. Este toque reverencial ocasionaba algo que hoy en día está ausente de la recolección mecánica de los campos irreverentemente sembrados por los trabajadores. Estas sustancias solían secarse al sol, que es una muy alta forma de luz, mientras que ahora el tabaco se seca en deshidratadoras.
Cuando los nativos norteamericanos introdujeron el tabaco a los inmigrantes europeos, deliberadamente dejaron fuera la salvia y otros ingredientes capaces de alterar la conciencia. Por una parte, lo hicieron debido al principio espiritual de no dar a conocer sustancias capaces de alterar la conciencia a los no despiertos espiritualmente. Los nativos americanos vieron rápidamente que, aunque los europeos habían superado la pobreza y eran técnicamente adultos, sufrían de un curioso y más bien trágico retardo espiritual. Los europeos no tenían visiones, no se podían comunicar con los espíritus de sus ancestros, y no sentían la divinidad de los cuatro elementos. No sólo carecían de estas habilidades perceptivas, de las cuales ocasionalmente algunos nativos americanos carecían, sino que además ridiculizaban arrogantemente a quienes podían percibir tales cosas. Claramente los europeos no estaban listos para los rituales en los que se fumaban estas plantas, excepto quizá en un nivel de melodrama, similar a los rituales de las iglesias europeas que habían devenido en ceremonias vacías.Una razón adicional por la cual los nativos americanos dieron a los europeos el tabaco sin las otras plantas era una especie de estrategia bioquímica de guerra, esperando debilitar a estos poderosos enemigos borrando partes de sus conciencias, para que no pudieran abrir la puerta a otras dimensiones a fin de conseguir claridad para resolver problemas. Muchos han señalado cómo los europeos indujeron a los nativos americanos a volverse adictos al alcohol, pero pocos han remarcado la forma más sutil pero más poderosa en que los nativos americanos hicieron adictos a sus captores. La adicción y la esclavitud son eventos gemelos en la historia y difícilmente se encuentra uno sin el otro.
Otra parte perdida de la santidad del fumar es que la mayoría de las veces se hacía en grupo, dentro de una ceremonia para unir a unos con otros. Los nativos norteamericanos que utilizaban el tabaco, continuaron haciéndolo hasta que sus culturas estuvieron tan fragmentadas por las europeas que perdieron estos ritos, excepto unos pocos que preservaron la sabiduría. Fumar en grupo, dentro de una ceremonia, era una forma de mezclar y unir las energías de unos con otros, inhalando todos el mismo humo. Al final de una guerra tribal, el pasar la pipa de la paz era una forma de cimentar la unión dejando ir las diferencias. La unión fundamental de la raza roja estaba sostenida por el hecho de que todas las tribus, amigas o enemigas, fumaban pipas rituales hechas de las misma piedra roja que se encontraba en un único lugar de Minessota.
Hoy en día tratamos de adquirir el mismo efecto de unión grupal fumando solitariamente. Estamos confundidos porque no se nos pasa la sensación de aislamiento y alineación.

3 comentarios:

Satamarina dijo...

Cómo le va Sr?

saludos

Satamarina dijo...

ni bien ni mal?

saludos

juan dijo...

ahhhhhhhhhhhh, ya volví, 8 días de camping playero para salir de la ciudad...
¿alguna muerte o nacimiento que deba saber en mi ausencia?