lunes, 4 de abril de 2011

PROTESTA

¿Qué es esto de concebir amaneceres para desterrarlos a escondidas con el simple objeto de manchada fantasía mal contada? ¿Qué esto de plasmar mundos tejiendo a espaldas la sinrazón del abominable minuto en que lo digno muere? ¿O esto de anclar nimiedades en cada sexo sosloyado, sin eterno ni profundo? ¿Qué es esto? ¿Qué? ¿Cúal sin mí si yo era o soy aquello forjado que aún herido permanece a la espera del abrazo o ternura de palabra dicha -luego mentida y sepultada- a través de los días en que supimos lo soñado? ¿Qué o quién llevó tras bambalinas la violación atroz de los fugaces desencuentros, el cortejo fúnebre del alma vacía o del terreno imperfecto, sostenidos sólo -tan sólo- por la desdicha del odio y la venganza hueca, o la envidiosa desidia de aquello que todo lo desarma? ¿Y qué esto, de mirar el frío ausente de tus ojos, o plasmar desesperadamente en un escrito lo que no tiene lugar, ni en la desolación en ciernes que otra vez abate el corazón sin culpa y se advierte desierto en un mar de muerte, como macilentas flores abandonadas al terrible azar de creer que no hay respuesta a este gran silencio?