La propiedad es un robo, es un invento legal. La propiedad verdadera es nuestro pensamiento, el mar, el aire y las plantas. Así como el cuerpo, sus obligaciones son tomar el aire o el néctar, sus derechos son el oír, hablar y testificar la palabra. Existe un solar, el cual es México, y es nuestro. No nos tienen que dar un escrito, nosotros somos los legítimos, y está escrito con la sangre de nuestros padres. Mi legitimidad está en mi sangre, desde la creación del primer indio, repito, nosotros como tribus somos las letras, no necesitamos de papel. El que se dice presidente de México, sólo recibe órdenes de otros organismos. Cuando llegan al poder, quieren con armas y fuego moldear el país, y cuando no pueden, siguen con el dinero, tratando de comprar voluntades. Cada tribu tiene su derecho de gobernarse por sí misma. (Alfredo Osuna Valenzuela, tribu yoreme, Sonora)
Las grandes estructuras del gobierno nos engañan con los certificados sobre la tierra, lo que provoca que se pueda vender como mercancía. También pasa con el agua, la quieren privatizar, quieren caer en ese error. Hasta la fecha nosotros tenemos el modo de vida comunal (Crisológo Calleja Hernández, cuicateco del Consejo Indígena Popular de Oaxaca, cipo)
Con el levantamiento zapatista, en 1994, en Nurío se aceptan sus preceptos y desde entonces no se reconoce al municipio de Paracho y ahora ya no votamos más. Ellos dijeron que estamos locos y que el municipio no nos iba a dar nada, pero aún así impedimos las elecciones, y al siguiente año reclamamos nuestro derecho como pueblo y comunidad. Nosotros vemos que esto es un logro, aquí es el pueblo el que decide y no sólo unos dirigentes. Nosotros fuimos apoyados por otras comunidades, pero hoy ellos nos han traicionado y hoy sus dirigentes son parte del gobierno. (Agustín González, purhépecha, Nurío, Michoacán)
fuente: www.biodiversidadla.org/content/view/full/42793
miércoles, 13 de agosto de 2008
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